—Maldición, ahora que mi querida Eli no se haya más en
mi corazón, aquellas heridas del pasado han vuelto a quebrarme.
Se desvaneció toda esperanza como el sol al caer la
noche y entonces una época voló por mi ventana, dejé que se fuera, escaparon de
mí aquellos momentos tiernos, dejé de vivir por los dos.
Y es que… ahora es cuando me he dado cuenta que tantas mujeres no llenan tu espacio. Llámalo
capricho mío o necedad mía pero vuelves a aparecer en mi cabeza ahora que me
siento triste y solitario. Esta cicatriz que no cierra. Maldito o bendito amor
mío.
Sueño contigo nuevamente, con aquellos días de mi
adolescencia, días del otoño. La lluvia matutina empapaba los patios de la escuela,
se sentía un aire fresco y el sol salía después reflejándose en tu larga
cabellera, tu cara jovial animaba mis últimos días de secundaria.
Cada lunes de honores a la bandera era para buscarte
entre tus compañeros, mis ojos te encontraban rápidamente, pues brillabas como
un ángel. Tantas chicas guapas y tú eras para mí la única. Si la única que podía
tumbarme, entorpecer mi cerebro, disparar la dopamina.
Esta tarde he encontrado una foto tuya, y no dejo de
pensarte, estoy perdiendo la razón, sigo loco por ti o tal vez amo tu recuerdo.
Soy un necio masoquista. Lo estoy sintiendo, sé que voy a llorar…
—Déjame tranquilo, ¡alma mía! Charlie que no recuerdas
que ella al final te rechazó, ya no busques más donde la angustia solo hallarás…
—Ayyy de mí, que cruel castigo, haga lo que haga tu
fantasma sigue aquí atormentándome. No juegues con su poder Eli mía o
terminaras en la tumba, para siempre olvidada.
Nuevamente he soñado contigo niña amada mía, soñé que
conseguía tu pack. Buen precio debía pagar por ello sin embargo no me
importaba, ya que con solo mirar algunas fotos comprendí que nadie más debía ser
dueño de aquella colección. Cuanta ilusión me hacía con cada imagen tuya,
salías en la playa en traje de baño completo, este era de color violeta con
blanco. Era demasiado para lo que había soñado sin embargo en el último momento
desperté sin poder contener la tristeza al comprender que no podría volver a
ver esas fotos tuyas ya que todo había sido un sueño.
El otro día también me he ilusionado pensando que tal vez
trabajes en alguna estética y entonces te dejaría que me cortaras el cabello, que
genial seria, creo que volvería seguido.
No te estoy siguiendo, solo te acecho desde las
sombras amorosamente, y me ha parecido verte cruzando la calle, tal vez solo
sea mi imaginación, pero vestías un uniforme del gobierno, eran las 08:30 am de
un diciembre 8 del 2016.
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