Al menos esto (por placer o soberbia) no deseo
callar: es triste recordar aquel año en que te vi por primera vez, cursaba el
último año de la secundaria; había y siempre hubo chicas alrededor de mí, pero
nadie como tú, ninguna me hizo sentir esto tan fuerte.
Incluso llegué a escribir
historias donde tú eras el ángel que guiaba mi camino entre peripecias y
personajes de ultratumba, tú siempre fuiste hecha para mis pensamientos;
pensarte era un arte, competías en las noches con las adolescentes famosas de
aquellos tiempos.
Así como Dante tenía a
Beatriz, así yo te tenía a ti, mi amada Sarahí; por favor déjame usar éste tu segundo nombre, tal vez no te guste,
pero al menos para mí es ideal, ya que se ha quedado grabado en mi memoria y reconozco que lo he alabado como algo
divino, tal vez por su origen hebreo. Además pienso que nadie te conocía por
ese nombre, al menos siempre escuche más el de Claudia; y fue así que pude ocultar
éste, mi secreto, ¿quién era la gentil
dama que acompañaba tantos escritos?
Fue durante los
primeros días del regreso a clases cuando te vi por primera vez, eras unas de
las alumnas nuevas. Vi tu cara juvenil, esos ojos castaños, y fue entonces
cuando me perdí en ellos. Luego seguí
contemplado tu hermosa figura, la de un glorioso ángel. Noté que llevabas el
cabello largo castaño amarrado con unas ligas azules o violetas en forma de
cola de caballo, caía hasta tu cintura. Después supe que habías ingresado al
segundo año de secundaria, ya que llevabas la falda azul característico del
uniforme de las niñas de ese grado escolar. Entonces tal vez eras un año menor
que yo, (nunca he sabido tu cumpleaños hasta la fecha, aunque tengo mis
suposiciones).
Fue a mediados de
septiembre del 2004, cuando me fui de vacaciones una semana al extranjero con
la familia, tal vez por eso no tuve tiempo de conocerte más, incluso pienso que
te olvidé, para cuando regresé ya
alguien se me había adelantado.
Recuerdo que me volví
a ilusionar contigo poco tiempo después, cuando en un día festivo de octubre en la plaza cívica de la escuela pasaste a
recitar algunas efemérides, fue entonces cuando escuche tu dulce voz y así me
volviste a enganchar.
Los días pasaron después
de aquel glorioso suceso, me ocupé en
recuperarme rápidamente de las clases perdidas por aquel viaje fantástico al
extranjero, cuando te volví a ver supe entonces que ya alguien te tenía como su
novia y aunque no quiero hablar de eso aún pienso que pude haber golpeado a mi ex-amigo.
En fin me gusta
recordar las cosas buenas, cuando me preguntaron alguna vez si alguien en la
escuela me gustaba, di muchas pistas sobre ti y creo que por eso rápido
descubrieron que eras tú, oh sí, solo tu
niña hermosa eras la soberana de mi corazón. También recuerdo que te vi en el
cuadro de honor, por eso sé tus apellidos y fue así que conocí tu segundo
nombre.
Aquel año 2004 terminó
pronto sin poder reprimir aquellos sentimientos y el 2005 surgió de pronto
entre fuertes vientos, aunque vendrían cosas peores.
Era febrero cuando mis
amigos me ayudaron para hablar contigo y yo lo único que hice fue quedarme
callado, perdido en tus ojos, aquellos bellos ojos y esa carita tuya que hasta
el día de hoy no olvido.
Aún recuerdo que pude
haber obtenido una foto tuya de aquellos días de tu juventud, donde nada sabias
de voluptuosidades o desdenes, que feliz hubiera sido, si ya con verte era mi
día de suerte.
Creo que fue un día de
primavera, mientras descansaba bajo un árbol fuera de clases cuando te vi
desayunando con tus amigas que entendí que nunca podría sacarte de la cabeza. Entre calles y avenidas empezaba a buscarte,
sentía yo que era un acosador compulsivo, pero es que nunca pude resistir esa
mirada dulce. A tardeadas quería
invitarte a salir, sobre todo cuando supe que ya habías terminado con él, mi ex
amigo; sin embargo no sé porque al solo verte, me paralizaba, me congelaba, que
contrariedad la mía, pasarme los días buscando la forma de hablarte y cuando llegaba la hora no poder mover ni un
musculo; mi cuerpo y mi cerebro los dividías a tu antojo. Estoy seguro que
nunca pude controlar los nervios mientras pasabas tan cerca de mí en la
escuela. Incluso perdía la cabeza cuando jugaba basquetbol y sabía que tú me estabas
mirando.
Incontables veces te
miraba, ya sea caminando de la escuela a tu casa, en la plaza del pueblo, en
algún evento deportivo, en alguna salida escolar, eras para mis ojos el paraíso
terrenal.
Así pasaron los días,
solo observándote y manteniéndome al margen, estudiando tus bellas formas para
dibujarte, escribiendo una que otra carta para luego encontrar la forma de
entregártela, sin embargo no hallé la manera y luego en los últimos días del
ciclo escolar, me preocupe más por la graduación, tal vez pensando que lo
nuestro no tenía futuro, a lo mejor el
destino conspiraba en contra mía.
Después de que me
gradué de la secundaria, no volví a verte, desapareciste un tiempo, casi un
año, escuchaba rumores pero hice la vista hacia otro lado y deje de buscarte,
créeme que traté de olvidarte.
Inicie la preparatoria
decidido a olvidarte y enamorarme de alguna otra chica, y eso pareció ir bien,
conocí nuevas amistades, nuevas personas, y pronto el corazón redescubrió el amor
por una chica que hacía tiempo había olvidado.
De pronto mi vida
escolar se vio afectada por el paso del Huracán Wilma, casi un mes estuvo el
pueblo sin luz ni agua, las cosas se volvieron difíciles para algunos, yo tuve
que quedarme en casa cuidando a mis hermanitos, al menos cuando escuchaba
música en mi oscura habitación ya no pensaba en ti y de aquellos días grises
recuerdo que solo la vecina de enfrente distraía mi mente.
Aquel año terminó
mejor de lo esperado, nos recuperamos de aquel ciclón y las clases se
extendieron un poco más debido a ello.
El 2006 fue de
reconstrucción y de seguir siempre hacia adelante, empecé a juntarme mucho con
mis amigos de la secundaria y a tratar de conquistar a otra chica, sin embargo
no se pudo hacer nada, ya se había topado con otro que la hacía suspirar para muy
pesar mío, dejé de tratarla para no caer
en falsas ilusiones.
Harto de la mala
suerte en el amor, me empecé a refugiar en mangas y animes que un amigo mío me
prestaba, fue entonces cuando me traumé con uno llamado chobits, ya que justo me
recordaba a ti; tal vez eran esos ojos castaños, o el cabello largo que tenía el
personaje principal que joder, aun te tenia aquí rodando en mis pensamientos. Y
bueno no me importó perderme en fantasías del corazón y coleccioné todo el
manga incluso conseguí el anime; que patético recordarte en ese manga shoujo; búrlate si quieres, pero te volviste a meter
en mi cabeza, (me perdí nuevamente recordándote).
Y entonces empecé a
buscarte entre mis recuerdos, en aquellas cartas del otoño, entre calles y avenidas
por donde siempre te había visto y creo que de vez en cuando aparecías, o tal
vez era tu fantasma.
Pasaron los meses
entre que te olvidaba o no y luego apareciste en el otoño del 2006. En ese
entonces estudiaba informática por las mañanas en el centro de la ciudad,
escuchaba música punk, emo, alternativa, entre otras de moda en aquellos años y
me seguía empapando de animes y mangas, (sin embargo nunca fui un otaku).
Un día de esos que el
destino quiso por fin, se me hizo verte; tanto tiempo había estado mi corazón ansioso,
que cuando subiste al autobús éste empezó a latir violentamente, y así estuvo
hasta que bajaste en alguna esquina. Ibas acompañada de un amigo, un sujeto que
conocía de un tiempo atrás, entonces se sentaron a escasos metros de mí y pude
observar, lo maravillosamente linda que seguías,
llevabas el uniforme del CBTIS 111. Eras ahora una chica de preparatoria y
estabas más hermosa, tu cuerpo había cambiado, eso lo noté después en algún evento deportivo de la
escuela, (mientras otros observaban el show entusiasmados, yo te veía a ti,
espectacular como siempre, y si mi memoria no me falla llevabas una blusa
blanca y un short o falda verde). A lo
que pude comprender de aquel encuentro casual, te habías escapado de clase o
habías salido antes de lo normal, eso pienso ya que te ocultaste de la
camioneta negra que iba pasando por la entrada del pueblo que generalmente
conducía tu padre. Qué envidia sentí de aquel, tu amigo, que
podía charlar contigo libremente y eso que estaba feo y narizón. Me empezó a
caer mal desde ese día y también su hermano.
En fin seguí esperando
por más días en que se me hiciera verte de nuevo, tal vez ya no podría tenerte
pero seguía entusiasmado con la idea de verte caminar por ahí sola y entonces
acompañarte hasta tu destino, tratar de conseguir una exquisita charla. Y así
aquel año terminó sin que eso pasará.
El año 2007 llegó con
premura y muchos cambios en mi vida estaban por explotarme en la cara, la
muerte de mi abuelito disparó una de ellas que marcaría mi vida para siempre.
Era febrero cuando
escribí un diario, ahora que lo he vuelto a leer, me dan ganas de quemarlo y
así borrar aquellos recuerdos, varias
hojas me hablaban de aquella angustia mía por verte.
Luego aquella angustia
se disipó en los primeros días de marzo al enterarme de una noticia increíble:
tenía unas medias hermanas que querían conocerme, y mi padre no era el verdadero, otro me había
dado la vida, todo aquello hizo explosión en mi cabeza. Hasta la fecha pienso
que mi alter ego surgió en esa ocasión para afrontar todo aquello y así
alegrarme la vida.
Decidí irme de
vacaciones en el verano a Veracruz, de donde es originaria mi querida madre para así
despejar mi cabeza de tantas cosas. Sin embargo cada vez me fui perdiendo entre
dudas, historias de mi vida que no cuadraban, donde terminaba la mentira y
donde empezaba la verdad. Pensamientos e
ideas invadieron mi cabeza diciéndome que debía cambiar para seguir con mi vida,
volverme fuerte, no sentir nada por nadie, dejar que mi otro yo actuara.
Regresé a mi ciudad,
decidido a afrontar la vida y esta nueva etapa; empecé a entrenar la mente y el
cuerpo para volverme fuerte, a pensar en el futuro, a olvidar el pasado y concentrarme
en llegar lejos, tal vez incluso entrar a la Fuerza Aérea.
Pero me volví oscuro, dejé
que el mal se metiera en mi cabeza, que mi otro yo se apoderara de mi corazón,
solo así empecé a olvidarte, tú que eras mi guía en todo lo bueno que había
hecho.
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